El sendero azul del pez basura

Esta mañana, entre mis lecturas para iniciar el día, estuvo una sobre el «sendero azul», un proyecto del Ayuntamiento de La Laguna, para «para impulsar la costa de la Punta del Hidalgo». (Pueden leerla en este enlace)

Cuando comencé a leer, recordé las veces que recorrí esa parte de la costa, respirando profundo el azul del mar por mis ojos y oidos, incluyendo la irregular ruptura de la vista, por carpas desubicadas, y la textura de las piedras bajo mis zapatos.

No pude evitar, imaginar la «costa de todos», como un sendero mixto, para peatones, bicicletas, motos y carros, surcando el medio de la costa, entre el mar y las rocas, y las zonas de estacionamiento y acampado, ubicadas estratégicamente, del otro lado de la vía, para que el «todos», fuera realmente inclusivo.

Confieso que por ser «el gran paseo» como decía el titular, me hizo pensar, en un paseo para todos, y por la pretensión de convertirse en «sendero azul», pensé en «la facilidad de uso», también para todos, hasta que llegué a la frase: «Un camino que hoy está libre de vehículos después de la primera decisión tomada desde el Consistorio para iniciar el proceso: suprimir los aparcamientos y el tráfico rodado» y en lo primero que pensé fue en las personas que no pueden caminar.

No se pueden imaginar la Tristachera que sentí (mezcla de tristeza con arrechera, perdón por el francés), imaginando como ahora, para que el paseo sea más azul, limitamos el acceso de los que no lo pueden recorrer a pie, muchos de ellos, adultos mayores, para quienes La Punta es su casa. Gente con dificultades de movilidad, sin sillas voladoras, porque aunque tuvieran sillas de ruedas con motor, no podrían ir hasta la ermita de San Juanito, a disfrutar un rato, atravesando un largo camino empedrado.

No dejaba de preguntarme, cuál era el criterio técnico y donde estaba empatía, de los que proponen el «Sendero Azul», con la gente con dificultades de movilidad, que solo pueden recorrerlo en carro.

Y mientras pensaba en eso, en las carpas desubicadas para matizar, y tachaba de mi lista de pendientes-posibles, para cuando pueda volver a la isla, pasear con mi madre, entre otras, por la costa y sentarme a hablar un rato con ella, en San Juanito, frente a Los Dos Hermanos, recordé «el pez basura».

Y seguí pensando, que si tan ecológico iba a ser el «Sendero Azul», podrían comenzar por echar al agua al pez que pusieron en el Parque Las Furnias, cerca de la costa.

Ah, no, no podrían porque contaminarían el mar. Ahora, sólo contamina el trayecto, entre los ojos y la inmensidad del mar.

Porque la «escultura» es un símbolo, es basura expuesta al sol, contaminación confinada a un cuadrado, espero. Aunque no la contaminación visual. Esa está atravesada para que los que respetamos y cuidamos el ambiente, tengamos minado el paisaje por la basura que otros desechan, ¿para «generar consciencia»?

Es como si decidieran llenar la costa con toda la basura que se produce, para que no sea botada al mar y que la gente lo tenga siempre presente. Bueno, en ese caso, además de la vista, se contaminaría la costa, pero sería solo un detalle para sembrar consciencia.

Para terminar, les cuento que iba a acompañar esta publicación de una foto del pez basura, pero decidí no hacerlo, para no contribuir con la contaminación.

Acerca de olgaramos

Twitter: @olgaramos
Esta entrada fue publicada en Ambiente, Canarias, Derechos Humanos, Tenerife, Tristeza y etiquetada , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario